Hambre y Apetito
Hambre y apetito son términos relacionados con la necesidad o el deseo de comer, pero no significan lo mismo. Mientras que el hambre es una necesidad fisiológica del cuerpo, el apetito es un deseo psicológico de comer, incluso en ausencia de hambre.
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José L. Navarro
10/23/20256 min read


Hambre y Apetito
Hambre y apetito son términos relacionados con la necesidad o el deseo de comer, pero no significan lo mismo. Mientras que el hambre es una necesidad fisiológica del cuerpo, el apetito es un deseo psicológico de comer, incluso en ausencia de hambre.
Hambre
El hambre es una necesidad fisiológica real del cuerpo de obtener alimento.
Origen del hambre. El hambre se produce cuando los niveles de nutrientes (como la glucosa) en la sangre bajan y el cuerpo necesita energía.
Síntomas físicos del hambre. Ruido en el estómago, vacío estomacal, debilidad, irritabilidad, dolor de cabeza, etc.
Control del hambre. El hambre está regulado por el hipotálamo en el cerebro y por hormonas como la grelina.
El hambre si se puede tener sin comer pero no se puede tener después de comer.
Regulación del hambre
Proceso general de regulación del hambre:
El estómago está vacío → Se libera grelina → Señal al hipotálamo → Sientes hambre.
Comes → Se libera CCK, PYY e insulina → Se activa la sensación de saciedad.
A largo plazo: Si tienes reservas de grasa suficientes, la leptina actúa para reducir el hambre.
Función del hipotálamo en la regulación del hambre
El hipotálamo es una pequeña región del cerebro, y es el centro de control del hambre y la saciedad. El hipotálamo tiene las siguientes áreas relacionadas con la regulación del hambre:
Núcleo arcuato (ARC) donde se detectan señales del cuerpo sobre el estado energético.
Núcleo ventromedial involucrado en inhibir el hambre (saciedad).
Núcleo lateral involucrado en estimular el hambre.
Hormonas que estimulan el hambre
Hormonas que estimulan el hambre:
Grelina, producida en el estómago, es la principal hormona del hambre". La grelina se libera cuando el estómago está vacío y envía señales al hipotálamo para estimular el apetito.
Neuropéptido Y (NPY), producido en el hipotálamo. El neuropéptido aumenta el deseo de ingerir alimentos ricos en carbohidratos y grasas.
Hormonas que inhiben el hambre
Hormonas que inhiben el hambre y generan saciedad:
Leptina, producida en los adipocitos (células grasas). La leptina Informa al cerebro sobre la cantidad de grasa almacenada. Niveles elevados de leptina reducen el hambre.
Insulina, producida en el páncreas, ayuda a reducir el hambre al promover el almacenamiento de glucosa. La insulina también actúa sobre el hipotálamo.
Péptido YY (PYY), producido en el intestino delgado, se libera después de comer y suprime el hambre.
Colecistoquinina (CCK), producido en el intestino delgado, estimula la digestión y reduce el hambre al inducir la saciedad.
Factores que pueden alterar la regulación del hambre
Factores que pueden alterar la regulación del hambre:
La obesidad favorece que el cuerpo desarrolle resistencia a la leptina, lo que hace que no se registre bien la saciedad.
El estrés crónico origina un aumento en los niveles del cortisol, lo que puede aumentar el apetito.
La falta de sueño origina un aumento en los niveles de la grelina y una disminución en los niveles de la leptina, lo que origina más hambre.
Las dietas muy restrictivas pueden alterar las señales hormonales y aumentar la sensación de hambre.
Regulación del hambre y el control del peso
El peso corporal está determinado por un balance energético:
Energía que entra (comida) = Energía que sale (metabolismo, actividad física, etc.)
El sistema hormonal y cerebral que regula el hambre y la saciedad tiene como objetivo mantener ese equilibrio. Pero cuando este sistema se ve alterado, puede llevar a comer en exceso o comer de menos, lo que influye directamente en el peso.
Factores que alteran la regulación del hambre y el control del peso
Factores que alteran la regulación del hambre y el control del peso:
Resistencia a la leptina. El cuerpo tiene suficiente grasa, pero el cerebro no "lo escucha". Entonces, no se apaga el hambre, y se sigue comiendo. Muy común en obesidad.
Niveles elevados de grelina. Malos hábitos como el poco sueño o el estrés aumentan esta hormona del hambre. Te hace sentir más hambre, aunque no lo necesites.
Comer alimentos ultraprocesados. No se activan bien las señales de saciedad, lo que lleva a comer más sin darte cuenta.
Comer por ansiedad. Estimula el apetito incluso sin hambre real, lo que lleva a comer en exceso.
Factores que favorecen la regulación del hambre y el control del peso
Factores que favorecen la regulación del hambre y el control del peso:
Comer alimentos naturales y saciantes. Ingerir principalmente: proteínas, fibra (verduras, legumbres, frutas enteras), grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva).
Evitar: azúcares simples, productos ultraprocesados, y snacks industriales.
Esto mejora la respuesta a la leptina e insulina y favorece la saciedad.
Dormir bien. Dormir menos de 6-7 horas altera la grelina (sube) y la leptina (baja), lo que dispara el hambre.
Control del estrés. El estrés crónico eleva el cortisol, que puede aumentar el apetito y promover acumulación de grasa abdominal.
Comer con regularidad y sin distracciones. Evitar comer viendo pantallas o apurado. Esto afecta las señales de saciedad.
Comer lentamente, masticar bien, y escuchar a tu cuerpo. Dale tiempo al intestino para liberar hormonas como la CCK y el PYY.
Hacer ejercicio regularmente. El ejercicio mejora la sensibilidad a la insulina y puede aumentar la eficacia de la leptina.
En resumen, el control del peso no sólo depende de la fuerza de voluntad, sino que depende del correcto funcionamiento de los mecanismos de regulación del hambre.
Al mejorar hábitos de sueño, alimentación, manejo del estrés y actividad física, puedes restaurar una mejor sensibilidad hormonal.
Esto te permite comer con más conciencia, sentirte satisfecho con menos, y mantener un peso saludable de forma más natural.
Apetito
El apetito es un deseo psicológico o emocional de comer, que no siempre está relacionado con la necesidad de nutrientes.
Origen del apetito. El apetito puede ser estimulado por factores como la vista o el olor de la comida, el estado de ánimo, el estrés, la costumbre, o el entorno social.
Control del apetito. El apetito depende de actores emocionales, culturales y sociales, además de señales del sistema nervioso central.
El apetito no se puede tener sin comer pero si se puede tener después de comer.
Factores que alteran el apetito
El apetito, a diferencia del hambre, está influenciado por factores más psicológicos, sociales y sensoriales. No siempre se relaciona con una necesidad real de nutrientes, por eso puede verse fácilmente alterado por muchas circunstancias externas o internas.
Factores que alteran el apetito:
Factores psicológicos y emocionales.
Factores sensoriales.
Factores sociales y culturales.
Factores fisiológicos y del estilo de vida.
Condiciones médicas que afectan el apetito.
Factores psicológicos y emocionales que afectan al apetito
Factores psicológicos y emocionales:
El estrés puede aumentar el apetito (especialmente por comida alta en grasa y azúcar) o suprimirlo en algunas personas.
La ansiedad / depresión. Algunas personas comen más ("comen por ansiedad"), otras pierden el apetito.
El aburrimiento o soledad. Se tiende a comer por distracción o compañía emocional, aunque no haya hambre.
La relación con la comida. Dietas restrictivas, culpa o conductas alimentarias desordenadas pueden distorsionar la percepción del apetito.
Factores sensoriales que afectan al apetito
Factores sensoriales:
La vista y el olor de la comida activan el apetito incluso si estás lleno.
La textura y el sabor de la comida. Comidas crujientes, cremosas o dulces aumentan el deseo de comer más.
El ambiente (iluminación). Lugares cómodos, olores agradables o buena compañía pueden aumentar el apetito.
Factores sociales y culturales que afectan al apetito
Factores sociales y culturales:
Los eventos sociales. Comemos más en reuniones, fiestas o con amigos, incluso sin hambre.
Las normas sociales y culturales. Horarios fijos de comida, platos grandes o costumbre de “terminarse todo” pueden impulsar a comer más.
La publicidad y el marketing estimulan el deseo por productos apetitosos y muchas veces poco saludables.
Factores fisiológicos y del estilo de vida que afectan al apetito
Factores fisiológicos y del estilo de vida:
La falta de sueño aumenta los niveles de la grelina (hormona del hambre) y reduce la leptina (saciedad).
Los medicamentos. Algunos medicamentos (como antidepresivos, corticosteroides o antihistamínicos) pueden aumentar o reducir el apetito.
El ciclo hormonal. En las mujeres, el apetito puede aumentar durante la fase lútea (antes de la menstruación).
La actividad física. El ejercicio puede reducir el apetito en el corto plazo o aumentarlo en el largo, según la intensidad.
Condiciones médicas que afectan al apetito
Condiciones médicas que afectan el apetito:
El hipotiroidismo puede reducir el apetito, pero enlentecer el metabolismo.
La diabetes puede causar fluctuaciones en el apetito según el control glucémico.
El cáncer, infecciones, enfermedades renales/hepáticas suelen reducir el apetito, a veces de forma severa.
Los trastornos alimentarios como anorexia o bulimia, alteran completamente la percepción del apetito y el hambre.
En resumen, el apetito es altamente manipulable por emociones, estímulos sensoriales, sociedad, entorno y salud. A diferencia del hambre, el apetito no siempre refleja una necesidad real de comida, por eso es clave aprender a distinguir entre apetito y hambre fisiológica para tener una alimentación más consciente y equilibrada.
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